Thomas Benézet siempre estuvo interesado en la fotografía por muchos años. Tuvo su primera cámara a los 20 años, pero se encontró inmerso en en el arte desde el 2014. Él nos cuenta que vivió la transición del vídeo a lo digital y que esta actividad se ha convertido en una tecnología mucho más fácil de entender.
A Thomas siempre le ha gustado descubrir cosas por sí mismo y el mundo digital le resulta ideal para aprender de forma autodidacta. La calidad de sus tomas son el reflejo de la dedicación que él ha tenido con cada una de ellas y el empeño de hacer que cada una sea mejor que la anterior.
Después de que el artista tuvo una separación, necesitaba encontrarse a sí mismo en actividad constante para distraer su mente, y la fotografía le permitió desenvolver su creatividad. Durante el verano del 2014, varios amigos lo felicitaron por la calidad de sus imágenes y se dio cuenta que se divertía mucho teniendo su cámara en mano. Thomas Benézet, desde ese entonces, no la ha soltado.
Hay dos puntos importantes que lo inspiran y pueden ser encontrados en su trabajo. Primero, toda la arquitectura, que siempre le ha atraído. El entrelazado de las líneas, curvas y el resultado armonioso de éstas. Luego, le gusta observar a la gente a su alrededor, principalmente en ciudades grandes. “Pienso que la vida de las ciudades grandes es una insaciable fuente de inspiración.”
Según Thomas, trabajar en la captura de las luces es lo más complicado de dominar y, ciertamente, lo más importante en la fotografía. Lugares y puntos de vista pueden ser diferentes, pero la luz siempre va a ser primordial para el éxito de una foto.
Este fotógrafo tiene muchas afinidades por la fotografía de calles. Como lo ha dicho anteriormente, observa la vida de sus semejantes conjuntamente con este lado gráfico de la arquitectura. Para él, la fotografía de calles puede ser practicada en cualquier lado, todo el tiempo. Solo se necesita de una cámara o un smartphone para practicar. Definitivamente, no se necesitan grandes inversiones.
Thomas usa una Sony A7r M2. ¡Y nos asegura que este artefacto es mágico! Pues es discreto, puede ir y venir sin ser notado y la calidad de las imágenes es excepcional. Además, utiliza una gran cantidad de longitudes focales fijas, una 35mm f1.4, el Sony / Zeiss 55mm f1.8 (alta calidad), y recientemente un 16-35 zoom ultra gran angular, el cual es muy creativo cuando uno se acerca al sujeto.
El consejo que este talentoso fotógrafo nos da es que arriesguemos y salgamos a hacer lo que nos gusta. Que las personas no deberíamos tener miedo de lo material. No es necesario poseer las mejores herramientas para ser bueno, pues un teléfono es suficiente en estos días. Lo importante, es fotografiar una y otra vez, con todo y con nada. También, inspirarnos de los fotógrafos que nos gustan. Él ha observado, estudiado cientos de otras fotos (en Flickrs por ejemplo) y ha aprendido mucho haciendo eso.
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