Arte en miniatura busca hacernos reflexionar sobre las grandes ciudades

Si caminas con la mente perdida en los problemas o estresada pensando en el trabajo, sin percatarte de ciertos detalles, podrías perderte de admirar una increíble obra de arte. ¿No nos crees? Hablamos de las creaciones secretas y escondidas del artista urbano, de origen británico, Slinkachu, de 39 años.

 

Sus obras están ocultas a simple vista entre la maleza y el pasto que crece en las grietas de las veredas o en pequeños montículos de basura. Slinkachu crea y acondiciona sitios específicos para sus intervenciones artísticas de personas en miniatura, que viven nada menos que justo debajo de nuestros pies.

 

 

 

Pero, más que solo ocultar diminutas figuras en lugares públicos, Slinkachu modifica, pinta y le da otro sentido a pequeñas siluetas humanas (esas que sirven para adornar maquetas de arquitectura), luego compone escenas con ellas. El toque final se lo da el paisaje callejero, que aprovecha de modo imaginativo e inesperado.

 

Él coloca las diminutas figuras sobre las barandas de un puente, que le sirven para cabalgar, o una bolsa de basura se convierte en una pradera. Escoge aceras, farolas, peldaños, jardines y otros lugares que podrían considerarse peligrosos para la indefensa “gente pequeña”.

 

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Desde 2006, Slinkachu abandona en las calles a sus creaciones, dejándolas en instalaciones efímeras que sólo perviven en las cuidadas macrofotografías que toma antes de perderlas de vista. Las escenas siempre contienen un toque de humor surreal, ironía, pero también un punto de amargura y melancolía.

 

Estos personajes están perdidos, desubicados y superados por su entorno, mientras intentan explorar en los enclaves salvajes que esconde la gran ciudad, y solo porque las piezas son en miniatura, no significa que su significado sea simple o, únicamente, divertido; ellas están relacionadas a conceptos más profundos.

 

 

 

Abordan temas que van desde el cuidado del medio ambiente, la globalización hasta la cultura de aislamiento, que a menudo caracteriza a las grandes urbes, por ello, lo que encarnan, de manera general, es el distanciamiento provocado por lo más abrumador de la naturaleza de las metrópolis modernas.

 

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Con la “gente pequeña” busca la empatía del transeúnte, convencido de que es necesario que el transeúnte pare durante un instante y se desvincule del ajetreo de las calles para empatizar con su entorno, a través de sus intervenciones callejeras. Es así como con cada foto, Slinkachu hace un comentario sobre la sociedad moderna.

 

Las fotos, que puedes ver a continuación, corresponden a las minúsculas instalaciones que ha creado por las calles de Londres y si quieres saber más de su obra, están publicadas en su cuenta de Instagram.