Me enteré el día de hoy que te fuiste; y al igual que todos, no quería que me lo dijeran. Y cuando lo hicieron “Les dije que no me dijeran”. Tu que me enseñaste que Chente era un amigo imaginario y que en mi imaginación podía meter a quién me dé en gana; que me cuestioné siempre si dentro del barril había una escalera o si había una casa, pues recuerdo que un día le dijiste a Kiko que pasé y después te paraste y le dijiste que no porque estaba todo desordenado. Hiciste que creyera en la fe de la gente y que por más pobre que podamos ser, con una caja y 4 chapitas podría hacer un carro; que se podía coger una escoba e imaginar que es una escopeta; que una lata y un palo podía hacer un bolero; que a barriga llena corazón contento y que los espíritus chocarreros están en mi imaginación.
Que lo bruto no se te quita bañando, que si eras creativo podías hacer que un papel en blanco sea una vaca comiendo pasto, me hiciste amar el dibujo pues un día el Chapulín dibujó a Don Ramón con un pincel gigante y después de tanto garabato aprecie el rostro; que una caricatura bien hecha, por más que sea del profesor, se premia con una torta de jamón.
Tantos motivos me diste para reírme de cosas tan simples y entender que por más cartel bueno que tengas, si está mal escrito me pueden cobrar por errores ortográficos, como cuando Don Ramón escribió mal “En esta vecindad está prohibidos los animales y los bebés” y me enseñaste el valor de la marca, pues si una colonia venía de París era buena.
Ahora que te fuiste, ¿quién podrá ayudarnos?, ¿quién terminará los comentarios “como el maestro Longaniza”?, ¿quién dirá “Insinúas que soy viejo”?, ¿quién dirá “zas zas zas”?. Seguro que me contestarías “Todo yo, todo yo, todo yo”, pues si maestro, todo usted.
Gracias por enseñarme a entender que las grandes ideas pueden venir de un niño así como vino la inspiración para crear a tu mejor personaje “El Chavo”. Realmente me siento triste y espero que estés donde estés saludes a ese “Viejo lobo de mar” y le preguntes “Si a su abuelita también le enseñaron a ser creativa”. Y si Godines te pide que le preguntes algo, no le preguntes nada porque igual él no sabe nada. Lo que si deseo es que le digas a la Bruja del 71 que deje de nuevo su puerta abierta para imaginar que entramos, y si hacemos ruido le diremos que fue “Otro gato”.
Pero como tu siempre dices “La función debe continuar” y “Síganme los buenos” porque “Ya me dio cosa” y “no sigo porque si no me da la chiripiolca”.
Gracias Maestro!!!
Autor: El creativo de MOTT