En un ambiente cargado de trabajo pueden haber tres cosas que impidan un buen flujo de trabajo: el estrés que genera el mismo trabajo, la intolerancia que podemos tener hacia los demás y la personalidad de los demás junto con las actitudes destructivas que uno tiene que soportar a diario. ¿Qué es bueno hacer en estos casos? Si es que la persona no muestra síntomas de cambio, a veces lo mejor es llegar a un despido.
Puesto el tema sobre la mesa, la gente de TaskWorld elaboró una infografía en donde detallan 7 perfiles comunes de personas que merecen un despido inmediato de tu empresa, por el bien de ella y de la persona. Aquí van:
1 – Los sospechosos comunes (siéntete libre de despedir a las siguientes personas): El que roba, la que no trabaja, el ‘sin cerebro’ y el que llega desnudo al trabajo.
2 – El autodenominado rey de la ética: Se siente con la responsabilidad de ser el ‘guardián’ del área de trabajo. Reporta cualquier acción a sus superiores (retardos ajenos, salidas temprano, falta de trabajo, etc). Debes despedirlo porque no son jugadores de equipo y bajan la moral del grupo.
3 – El bebé: Es inseguro, culpa a otros, encuentra excusas y limita la libre toma de decisiones de los demás. Lo único bueno con esta persona es que está en lo correcto con su pobre apreciación de sí mismo.
4 – La esponja de la felicidad: Tiene que asegurarse de que nadie esté contento a su alrededor. Siempre ve primero lo negativo y piensa que es cauteloso y realista cuando en realidad es un destructor de equipo. Despídelo si es incapaz de darse cuenta cómo su actitud afecta a los demás.
5 – El sabelotodo: Esta persona siempre te dirá el porqué una tarea es imposible de cumplir (nosotros ya sabemos que es imposible, por eso necesitamos un verdadero genio que resuelva el problema). Los verdaderos genios distan mucho de un sabelotodo; Despídelo de inmediato.
6 – El hombre ‘Sí’: Siempre pensará que todo lo que digas es brillante, por lo tanto nunca podrás tener una opinión o un consejo útil y sincero de él. Dile que estás pensando en despedirlo por esa actitud y pregúntale si está de acuerdo; seguramente contestará que sí.
7 – Los que nunca cambiarán: Por el bien propio y de la compañía -y a pesar de que le señalaste sus actitudes negativas-, si esta persona se resiste a cambiar, lo mejor es despedirlo.