El chocolate es uno de los productos comestibles más deseados y son cientos las variedades de esta deliciosa tentación las que se han creado. Y si bien invitar un chocolate puede ser considerado sinónimo de buenos sentimientos y amistad, hay alguien a quien, probablemente, alguna vez se lo hemos dado sin saber el daño que le pudimos haber causado: a nuestros perros.
A pesar de ser capaces de comer cualquier cosa que no esté catalogada como comida, los perros tienen un organismo que los hace muy vulnerables ante el chocolate. Así que si alguna vez le diste un pedazo a tu perro porque su cara de tentación era irresistible, entérate porque nunca más lo deberías volver a hacer.
El chocolate posee una pequeña molécula llamada teobromina, la cual es una sustancia natural similar a la cafeína y que es tóxica para el perro.
A diferencia del metabolismo de los humanos, las moléculas de terobromina permanecen una media de 17 horas y media en el cuerpo del perro pero pueden permanecer hasta 72 horas. ¿Qué les ocasiona? Vómitos y diarreas que, según si la cantidad fue grande, pueden ir acompañadas con una aceleración de los latidos del can y temblores, y ello puede llevarlo a la muerte.
Si bien estos efectos van a depender del tipo de chocolate que se le dé y de la cantidad, es recomendable simplemente no darle ninguno. Y es que, por ejemplo, el chocolate blanco casi no contiene teobromina, mientras que en el chocolate con leche la concentración es algo mayor. Esto se debe a que a medida que aumenta la pureza del producto, también lo hace la cantidad de teobromina que contiene. Por ello, el chocolate negro dulce y el cacao en polvo pueden ser un verdadero bombazo.
El tema del chocolate no es para jugar y no hay que tomarlo con la idea que “sólo un poco” no le va a ser daño. Hay que considerar que el tamaño del perro y el tipo de dieta que tenga también va a influenciar.
Aunque suene difícil de creer, distintas cifras colocan a los chocolates como el tercer motivo de consulta por envenenamiento, estando en la primera las intoxicaciones con ibuprofeno, seguido por los venenos caseros que son ingeridos de forma accidental por los perros.
Llamar al veterinario y explicarle el tipo de chocolate que ha digerido, la cantidad, el tipo de perro que uno tiene, el tiempo hace cuanto sucedió y si existen algún tipo de síntoma extraño.
De no hacer esto, el perro corre un posible peligro del que podríamos luego lamentar. Y para que quede bien claro, a continuación una impactante fotografía de una perra llamada Sofia, quien se comió los chocolates de navidad que su dueño dejó bajo el árbol y por lo cual tuvo que ser llevada de emergencia a un hospital veterinario.
The Greenbrier Emergency Animal Hospital, en Virginia, capturó el dramático momento que pasó esta perrita que felizmente logró salvarse, y fue publicada para que el público tenga conciencia sobre cómo este “inofensivo” producto podría afectarlos.
Para tener conocimiento sobre las frutas que los perros sí pueden comer, a través del siguiente enlace conozcan una lista que los ayudará a saber cómo actúan en el metabolismo de tu mascota.
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