La raza pitbull es una de las más conocidas, y a pesar de que se trata de unos perros adorables tienen una mala fama ya que son erróneamente calificados como agresivos. Incluso, en ciertos países como los Estados Unidos, existen estados donde se aprobó una ordenanza que prohíbe tener perros de esta raza.
La familia Simmons se mudó de Minesota a Jacksonville, y aunque todo iba bien al principio, no estaban al tanto de la restricción en contra de esa raza sino después de que les llegara una notificación del Centro de Control de Animales. Tras apelar contra un juez y pagar una multa de 260 dólares. Ediht, quien ellos consideran como parte de la familia y no solo una mascota, solo estuvo un corto tiempo con ellos debido a quejas por parte de vecinos se llevaron a la perrita.
Ahmeah Simmons estaba desconsolada, “La extraño mucho y la amo, sin ella me siento muy sola. No tengo con quien hablar ni pasear”. Ahmeah tiene el síndrome de Asperger, por lo que se le dificulta interactuar con otras personas.
Cuando conoció a Edith, inmediatamente se conectaron. Su madre cuenta que el dueño de la perrita no podía venderla por ciertas características, como su peculiar “colita de cerdo” y una cicatriz en la pata trasera, información que no le importó ni la detuvo de integrarla a la familia.
Fuente: Facebook
Desde entonces se volvieron inseparables. Edith es muy cariñosa con Ahmeah, duermen juntas, juegan y la sigue a todos lados incluso al baño. Son muy unidas, y se volvió prácticamente su apoyo emocional.
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Fue en el 2015 que separaron a Edith de su familia, y aunque lo “simple” hubiera sido mudarse inmediatamente, la familia tenía un contrato de arrendamiento que se lo impedía. Lamentablemente la madre soltera de 3 niños no contaba con los medios para mudarse a otra ciudad donde si permitan esta raza. Intentaron convencer a la ciudad para hacer una excepción con Edith y poder tenerla ya que es considerada un perro de asistencia para su hija que tiene ese trastorno, pero no resultó.
A pesar de lo complicada que se estaba tornando la situación, la familia Simmons no estaba dispuesta a abonar a un miembro de su familia. Al menos lograron que por su buen comportamiento no le apliquen la eutanasia pero aún no les permitían llevarla a casa.
Aproximadamente 10 meses después y de toda una batalla legal se dio el tan esperado reencuentro. La madre de Ahmeah, Amanda Simmons, indica que la reunión le generaba temor ya que cabía la posibilidad de que por el tiempo distanciados, la perrita no los reconociera, pero fue todo lo contrario. Resultó ser un momento conmovedor lleno de alegría.
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Para poder permanecer juntos nuevamente la familia renunció a todo, y emprendieron el viaje para mudarse a Minesota donde si está permitido tener pitbulls. Aún no cuentan con un lugar fijo, pero gracias al apoyo de miles personas que firmaron su petición para tener a Edith de vuelta, y a la ayuda económica que recibió de muchas personas, por el momento tienen lo necesario para poder mantenerse mientras encuentran un nuevo hogar.
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