La televisión peruana tiene altos y bajos no sólo en temas de rating sino que en calidad a lo que trasmiten se trata. Muchas veces hemos visto buenos programas pero demasiadas veces hemos visto programas que no ayudan más que a alimentar el morbo, como si no fuera suficiente con todas las cosas que de por sí ya vemos.
Este sábado en la noche el tema de conversación fue el encuentro que Magaly Medina ofreció entre las hermanas colombianas Milena Zárate y Greysi Ulloa, personajes que se sacaron todos los trapos al aire para demostrar que, lamentablemente, a los peruanos nos encanta la llamada “TV Basura” y la ajetreada vida de sus personajes. ¿El resultado? Según IBOPE, 29.5 puntos de rating, con picos de 31.5 en el sector AB y 35.5 en el sector CD, logrando con esto liderar el horario de los shows del sábado, como si no hubiera nada mejor que hacer, por cuarto sábado consecutivo.
El espectáculo que Medina presentó superó a los programas Alto al Crimen y al Campeonato Sudamericano de Vóley, con 14.3 y 14 respectivamente, y a su archirrival la “señito” Gisela Valcárcel quien obtuvo 12.8 puntos de rating presentando a Vania Bludau, Miguel Arce y Jazmín Pinedo.
Es muy cuestionable y preocupante como este tipo de formatos televisivos se apoderan de la sintonía local en sus respectivos horarios, cuando no aportan nada bueno a la sociedad y, por todo lo contrario, solo llenan de ruido nuestros cerebros con historias de dudosos argumentos que dan a entender el paupérrimo gusto de los peruanos. Y es que son tantas las veces que hemos sido testigos de tríos amorosos, de chismes de callejón y de peleas que muestran lo peor de todos, que hoy esto es considerado “normal” para una juventud que crece llena de falsos ídolos que en realidad no dan ni una pisca de importancia a quienes los siguen.
Hoy es Milena y Greysi, mañana serán otras las que harán algo peor y pasado mañana seremos nosotros los que nos vamos a preguntar sobre el porqué de toda la ignorancia que hay en esta generación. ¿Y las cadenas de televisión? Bien gracias. Obvio que mientras sigan ganando grandes cantidades de plata por enseñar tetas, sacadas de vuelta y peleas de callejón, lo seguirán haciendo. Acuérdense, por la plata baila el mono.