En el mundo de hoy, las mujeres juegan un importante rol en todos los sectores y su trabajo ha sido pilar de grandes cambios en las mejores empresas que mueven nuestra economía. Y si bien cada vez van ganando más terreno, el Perú ocupa el penúltimo lugar de la región en cuanto a la cantidad de cargos directivos que ellas administran.
Según la OIT, el 34% de los altos cargos empresariales en todo el mundo está en manos de las mujeres y nuestro país está por debajo de ello con un 29.3%, según el informe “La mujer en la gestión empresarial: Cobrando impulso” realizado por la Organización Internacional del Trabajo. Es por ello que recomiendan al sector privado aumentar la participación femenina en los altos cargos.
En el estudio han participado 108 países y el Perú ocupa el puesto 59. En Latinoamérica, ocupamos el antepenúltimo puesto por encima de Chile y Costa Rica.
Este nuestra región el ranking lo encabeza Colombia, quienes además ocupan el segundo lugar a nivel mundial, con un 53,1% de mujeres en altos cargos, seguido por Panamá con un 47,4%.
Julio Gamero, especialista de empleo de la OIT para los Países Andinos, indica que el sector privado debería tomar medidas en este tema y aumentar el nivel de inserción laboral femenina en cargos de alta dirección, tal como lo ha hecho el sector público donde hay una mayor participación de mujeres en altos cargos, por ejemplo, la Premier Ana Jara y las ministras Magali Silva, Carmen Omonte, Diana Álvarez y Paola Bustamante.
“Así como hay políticas de buen gobierno corporativo, también debería haber políticas que incorporen la equidad de género”, agrega el especialista.
El estudio de la OIT también señala que en el caso de la participación de la mujer en el mercado de trabajo, este suele ser mucho más alto que la participación en los cargos directivos. Y es que el 40% de empleos en el mundo lo ocupan las mujeres y a nivel regional llega al 48,9%.
El mundo tecnológico no es ajeno a todo esto. Hemos visto como personas como Marissa Mayer (Yahoo!) o Angela Ahrendts (Apple) pueden hacer de sus empresas algo sumamente más lucrativo y para que esto suceda acá es necesario “un cambio de mentalidad” para derribar las barreras culturales y luchar contra el acoso sexual, tal como indica la entidad.
Es por ello que los recursos humanos de las distintas empresas deberían implementar políticas más correctas que pongan en práctica la igualdad entre sexos y designarles las mismas tareas que se les ofrece a los hombres en el trabajo. De haberlo hecho desde mucho antes, ciertamente, otra seria nuestra hoy la situación.