Cuando se habla de violencia doméstica siempre se interpreta la escena de un hombre maltratando a una mujer, escena que probablemente se repite y que todos lamentan por la pobre víctima. Pero, ¿qué tan estereotipado está esta situación que automáticamente todos atribuyen una mala conducta del hombre mas no una mala conducta de la mujer?
Las mujeres exigen igualdad de derechos y respeto, tal como todo ser humano lo merece, pero, contrariamente, muchas veces también exigen ser tratadas como mujer, etiqueta que a este paso confunde ya que al final no se sabe que cosa quieren realmente o si se trata de aprovechar el momento. Lo que sí, por este tipo de conductas en la sociedad es que muchos hombres que son maltratados no tienen voz, por todo lo contrario, se convierten en sinónimo de burla por “dejarse maltratar” y por no tener los pantalones bien puestos.
Es por esta situación que la organización ManKindInitiative presentó un excelente experimento en donde se muestra cómo la sociedad actúa ante este tipo de enfrentamientos y cómo es el hombre, en este caso, quien tiene las de llevarse la peor parte.
#ViolenceIsViolence muestra a un hombre discutiendo bruscamente con una mujer, situación en la cual el público interviene enfurecido por tratarse de una "obvia" situación de abuso. Pero, ¿qué hay detrás de todo esto? Tal como lo muestra el video, la discusión no empieza por el hombre. Empieza por la mujer. Con una actitud amenazante y agresiva, incluso llegando a lo físico, la mujer monta un show contra su pareja y se convierten en la diversión de todo el público porque “sí está bien visto que una mujer maltrate a un hombre”. Claro, se supone que este no debe defenderse ante ninguna situación.
Violencia es violencia. No es justificable para nadie.