Desde un estilo de vida ficticio hasta la necesidad de llamar la atención hay diversos aspectos negativos que podemos evaluar según la psicología de las redes sociales de Instagram y Facebook.
Sin duda, gracias al paso de los años y con la llegada de los avances tecnológicos, la manera en la que los seres humanos nos comunicamos ha cambiado radicalmente. Antes si querías conquistar a alguien le enviabas cartas, o sin ir muy lejos, si es que te encontrabas por la calle caminando y de repente te acordabas de esa persona especial y querías comunicarte con ella, pero no tenías saldo en el celular, acudías a un teléfono público para escuchar su voz.
Sin embargo, hoy en día basta con enviar un audio de WhatsApp o un Sticker por Facebook Messenger. Y si quieres llamar la atención ‘discretamente’ de esa persona, le das likes a sus fotos en redes sociales y/o comentas las mismas.
Actualmente, según un estudio realizado por Harvard, los seres humanos pasamos alrededor de 2 horas y 30 a 3 horas en las redes sociales. Ello quiere decir que estamos dejando de hacer algunas cosas por interactuar con otras personas vía online.
Claro está que las redes sociales han significado un avance positivo en cuanto a alcance de usuarios alrededor del mundo respecta, lo cual puede beneficiarnos en caso de utilizar estas plataformas como herramientas de marketing. No obstante, el uso de las mismas también esconde una serie de aspectos negativos relacionados con cómo influye la psicología de las redes sociales en nosotros.
Desde un estilo de vida ficticio hasta la necesidad de llamar la atención, hay una serie de aspectos negativos tras la psicología de las redes sociales de Instagram y Facebook.
No es un secreto que Instagram se ha convertido hoy en día en una de las redes sociales que alberga más narcisismo que cualquier otra. En donde recibir likes, ya sea de manera orgánica o por el uso de infinidad de hashtags, es más importante que el hecho de ventilar tu vida privada. Según psicólogos, periodistas y usuarios de medios sociales, ha surgido un nuevo término: “Envidia Instagram”, el cual, como su nombre lo dice, se basa en el deseo de otras personas por tener el estilo de vida de personajes. Ya sea que se trate de personas célebres o no, según lo que podemos ver en sus fotos de Instagram.
Erin Wilson es una actriz de teatro quien actualmente invierte en redes sociales. Ella comenta que cuando ve una fotografía de un accesorio, comida, o lo que fuere que implique un consumo por medio de Instagram, lo primero que se le viene a la cabeza es: ‘Eso es lindo’. No obstante, si ve aquello varias veces y en diversas personas cuyas vidas lucen deseables, inconscientemente pensará: ‘Tengo que tener eso’.
Lo más triste de todo es que muchas de estas fotografías envidiables nos muestran un estilo de vida ficticio. Cada una de ellas parece ser la escena de una glamorosa película de lujos y romance, en donde los protagonistas parecen tenerlo todo en la vida. Desde la pareja ideal, hasta la influencia social, salud y diversión que cualquiera podría desear. Sin embargo, podemos estar muy seguros de que eso no le llega ni a los talones a la realidad.
Esto se debe a que estas plataformas se han convertido en un medio tanto para aumentar como para bajar la autoestima de los demás. Ello se refleja en la necesidad de mostrar algo que siempre hemos querido ser, pero que no somos, el deseo de mostrar a los demás nuestros nuevos pares de zapatos o el regalo de aniversario que recibimos. Todo esto con la finalidad de recibir aceptación por parte de las personas que los rodean e incluso de quienes ni siquiera conocen.
En el año 2015, un ingeniero informático, cuya identidad es anónima, realizó un experimento creando un programa informático que realizaba la acción de ‘Me Gusta’ de manera automática a cada foto que aparecía por su ‘Feed’ de Instagram. ¿Qué ocasionó esto?
Ocasionó que cada día consiguiera más de 30 nuevos seguidores, que lo invitaran a fiestas y que gente lo parase en la calle porque lo reconocieron de Instagram. Según el ingeniero, lo más sorprendente de todo fue que sus amigos le pidiesen que suba más fotos porque se sentían en la necesidad de devolverle los ‘Me Gusta’.
Incluso ahora, si vas a la sección de ‘Buscar’ te aparecerán una serie de imágenes y videos populares alrededor del mundo. Verás desde tiernos gatos, hasta mujeres semidesnudas. Cualquiera que sea el caso, ten por seguro que los propietarios de ambas cuentas solo están buscando prostituir su imagen a cambio de likes, y por ende, popularidad.
Actualmente es la red social más grande del mundo y preferida por muchos, debido a la facilidad con la que puedes encontrar a personas a las que no veías o de las que no sabías nada hasta hace más de 10 años.
Como sabemos, a comparación de Instagram, en Facebook podemos interactuar de manera mucho más activa. Es común encontrar en la página de inicio todo tipo de publicaciones que buscan la respuesta del público. No obstante, la psicología de redes sociales nos revela que esta red social puede generar algunos efectos nocivos.
En las redes sociales se expresa una gran necesidad de llamar la atención, ya sea de manera directa a través de publicación de estados y consultas. O por medio de la utilización de imágenes y videos virales. Las cuales van desde aquellas que incitan al morbo, la compasión o indignación. Y cuyas descripciones promueven la difusión de las mismas a través de la opción de ‘compartir’.
Por otro lado, uno de los grandes problemas de la influencia de esta red social en nuestra vida cotidiana es la adicción que nos puede provocar hacia la misma. Aunque quizá pueda parecer algo exagerado, el síndrome de dependencia a las TIC (Tecnologías, Información y Comunicación) es muy común hoy en día.
Esta se basa en la búsqueda del alivio inmediato ante un malestar emocional por el que el individuo pueda estar pasando. Según la psicología de las redes sociales, dicho malestar puede ir desde la ira y la soledad hasta problemas familiares, laborales o incluso por mero aburrimiento.
Pero, ¿qué puede generar en nosotros la utilización de esta red social para aliviar dicho malestar? Pues, entre los efectos se encuentra: Pérdida de control y dependencia excesiva, pérdida de la noción del tiempo, aislamiento, irritabilidad, bajo rendimiento en el trabajo o escuela, desinterés por otros temas, trastornos de conducta, sedentarismo y demás.
Como vez, resulta útil y necesario conocer más sobre la psicología de redes sociales. Sobre todo porque estas han significado una gran herramienta de difusión para todas aquellas personas que poseen su propia empresa de productos y/o servicios. Por otro lado, sirve como un escape del aburrimiento. Sin embargo, cada día es más común ver la falta de interacción real entre las personas. Probablemente hayas negado más de una vez, ser una de esas personas que no pueden estar sin revisar el Instagram o el Facebook; por lo menos una vez, durante el día.
Muchas veces no pensamos en que el uso anormal de estas plataformas, nos está privando de disfrutar nuestra vida cotidiana. Incluso podría decirse que muchas personas ahora tienen ‘más’ pequeños momentos de felicidad; los cuales no duran casi nada, según la cantidad de likes que reciban. Y es que lamentablemente, la psicología nos demuestra que las redes sociales están nos están volviendo cada vez más superficiales y dependientes a ellas.
Así que lo mejor es aprender la manera de sacar provecho de los beneficios comunicacionales que estas nos traen. Ya sea como fuente de información y/o entretenimiento, así como una herramienta de marketing digital para tu negocio.
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