En su misión de documentar tribus al borde de la extinción. El joven fotógrafo polaco Adam Koziol viaja buscando pueblos indígenas al borde de la extinción para fotografiarlos. Su trabajo lo ha llevado a África y Asia, donde ha podido establecer contacto con 18 tribus al y realizar sesiones fotográficas a personas de estas tribus.
Empezó a fotografiar tomando fotos de insectos tropicales desde que tenía 12 años. A los 16 años decidió viajar a Borneo, en donde descubrió su pasión por viajar y descubrir la documentación de los insectos. En una de sus exposiciones fotográficas de insectos escuchó que todavía había personas mayores con tatuajes tribales en sus hombros, llamados Bunga Terung.
Esto inspiró su imaginación. Ya que esos tatuajes fueron recibidos por personas que se caracterizaron por un coraje excepcional. Quienes participaron en batallas con otras tribus o trajeron la cabeza de un enemigo a su tribu. Fascinado por conocer a estas personas, en el 2013 decidió viajar para fotografiar a los miembros tatuados de la tribu. Una aventura diferente en comparación con buscar insectos por la noche.
Cuando Koziol no está viajando, está trabajando en su estudio fotográfico que abrió específicamente para ayudarlo a desarrollar sus habilidades como fotógrafo. Además, para ayudar a financiar sus viajes, creó la marca de ropa Selva, que vende artículos inspirados en las tribus que ha encontrado.
Al fotógrafo polaco le gusta mostrar la belleza de las culturas, la variedad de orígenes de las personas de todo el mundo. Está fascinado en particular por los tatuajes, las escarificaciones y otras características individuales que identifican a una tribu determinada. También le interesan los fenotipos característicos de todas las sociedades y los atributos externos como la ropa, las joyas y las armas. Presenta una historia auténtica de personas y la dejó para su consideración individual. Cada persona tiene una historia diferente y esto hace más importante en el proyecto, eligiendo tribus que contengan belleza cultural.
Durante su última visita a Taiwán, conoció a las dos últimas mujeres Atayal quienes tienen tatuajes en la cara. Uno de ellos tenía 103 años y el otro 108. La mujer más joven murió este año. En definitiva, fue una gran experiencia para él cuando su familia le pidió que les enviara su foto para que lo exhiban en su funeral. Sintió que una de las tribus indígenas más grandes de Taiwán, estaba muriendo durante una pequeña ceremonia fúnebre que estaba siendo olvidada en la civilización actual.
Actualmente, el fotógrafo polaco está tratando de obtener un permiso de entrada al territorio de la tribu Zo’é en Brasil. Un amigo que vive en Río de Janeiro le está ayudando a conseguir dicho permiso, pues está fascinado con el proyecto. Además, también está planeando visitar a las mujeres Dulong en China. Y, sobre todo, abrir un capítulo de Papúa Nueva Guinea, donde hay más de 100 tribus que viven y cultivan sus tradiciones. Si quieres ver más de sus fantásticas fotografías de tribus ingresa a su sitio web e Instagram.
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