Si deseas obtener buenas fotografías es necesario que cuides la simetría de la composición, en donde es importante que tengas en cuenta las líneas y los puntos clave donde colocarás adecuadamente al sujeto a fotografiar. Si bien es cierto que estas líneas y puntos son para orientarnos, no siempre funcionan. Sin embargo, son muy útiles si somos principiantes en la materia. Con este método es más factible realizar increíbles fotografías.
La mayoría de los profesionales en fotografía te recomendarían que usaras la regla de los tercios para que desarrolles tu composición. Este tipo de composición se trata de simplificar la proporción áurea de la naturaleza. Antiguamente, esta técnica era muy usada por pintores famosos, los cuales la empleaban en sus composiciones. Pero en la actualidad existen diversas alternativas que cumplen con el mismo objetivo de una manera más eficaz, por eso es que acá te explicaremos acerca de la simetría dinámica.
Como hemos mencionado en el párrafo anterior, la regla de los tercios nos da unos puntos claves, los cuales nos ayudarán para saber el lugar exacto donde debemos ubicar a nuestro sujeto u objeto que deseamos fotografiar. Sin embargo, en la actualidad este tema ha sido de controversia para muchos fotógrafos, ya que muchos de ellos piensan que estos puntos son muy estáticos, a diferencia de los que se obtienen con la simetría dinámica.
En la simetría dinámica, los puntos de interés estarán más desplazados, pero seguirán estando próximos a la regla de los tercios. Sin embargo, es precisamente por este motivo, lo que genera que llamen más la atención de nuestra mirada.
Estos tipos de puntos más dinámicos, crean composiciones más atractivas para el ojo humano, es por eso que es importante que sepas cómo se calculan. Para calcular la simetría dinámica, necesitamos dividir nuestra composición con diagonales, las cuales nos darán tres o más triángulos.
Debes trazar una línea que atraviese la foto, la cual se llamará diagonal siniestra. Lo próximo a hacer es trazar desde uno de los vértices otra línea oblicua perpendicular, la cual estará conectada con la diagonal anterior. Esta nueva línea se llamará línea recíproca. Con estas líneas trazadas obtenemos nuestro primer punto de interés. Luego de esto, seguimos realizando esta misma operación trazando una nueva línea reciproca desde el vértice restante, y es así que tendremos como resultado nuestro siguiente punto de interés.
Una vez que tengas estos dos puntos de interés, podrás obtener los siguientes. No te preocupes, es más fácil de lo que parece, todo está en realizar la misma operación, pero en esta ocasión, será trazando la diagonal contraria. Esta nueva línea es llamada diagonal Barroca.
El último paso es trazar las últimas líneas reciprocas y así obtendremos los últimos puntos claves. Si bien en un comienzo parecerá que obtenemos las mismas marcas que en la regla de los tercios, no lo es. Si quieres, puedes comprobarlo tú mismo, puedes usar ambas rejillas y te darás cuenta que los puntos no se encuentran en la misma posición.
Este tipo de técnica es realmente útil, sobre todo, cuando vas a hacer fotos donde la perspectiva será la protagonista de tu escena. Veamos algunos ejemplos de fotografías famosas donde se aplica esta técnica, así podrás ver cómo el uso de las diagonales y las recíprocas le darán más movimiento del cual será difícil despegar la mirada.
Debes haber visto esta conocida fotografía millones de veces, tomada en 1945 y conocida como El beso (The Kiss) del famoso fotógrafo Alfred Eisenstaedt. Si te das cuenta, esta composición utiliza una proporción dinámica. Para comprobarlo, fíjate que el cuerpo de la chica coincide con la diagonal que cruza la escena (diagonal siniestra). Si miras un poco más abajo a las piernas de la chica, podrás ver cómo se ajustan perfectamente a las líneas reciprocas.
Por último, fíjate que el beso coincide en la intersección contraria. Como podrás haberte dado cuenta, gracias al uso de la simetría dinámica, la imagen trasmite la sensación que la pareja se estuviera moviendo dentro de la composición.
Otro claro ejemplo de este tipo de composición está en la famosa fotografía de las bailarinas de ballet, del mismo Eisenstaedt. Este profesional de la fotografía era un aficionado a esta técnica. En el caso de esta foto, podemos ver cómo los rostros y las rodillas de las dos chicas del medio coinciden perfectamente con la línea diagonal y con las líneas recíprocas. Además, el punto de interés está en el rostro de la bailarina que está mirando de frente. Esto hace de ésta una imagen increíblemente dinámica.
Este tipo de composición también lo encontramos como ejemplo en una foto a la bella Marilyn Monroe. Esta fotografía también realizada por el mismo fotógrafo de los dos ejemplos anteriores. Él tenía muy en claro cuáles eran los atributos que quería destacar, porque es precisamente en ellos donde se encuentra las marcas claves de la composición.
Esta técnica es realmente útil para realizar composiciones fantásticas. Si bien es cierto, es un poco difícil poder imaginarse la rejilla en nuestra mente a la hora de encuadrar, es por eso que puedes practicar usando algunos programas de edición como Adobe Photoshop o Adobe Lightroom.
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