Estas imágenes muestran que los gatos y perros parecen ser de planetas diferentes
¿Alguna vez has pensado que los gatos y perros podrían ser de planetas diferentes? Algo así como “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus”, aclarando -por supuesto- que en ese caso, el libro es cuestionado por remarcar esteriotipos. Sin embargo, entre perros y gatos, las diferencias en su comportamiento son muy claras.
Cuando se está acostumbrado a los perros, los hábitos de los gatos resultan extraños. Tal vez, se les considere fríos y hasta distantes. Un trabajo realizado por especialistas en comportamiento animal de la Universidad de Lincoln (Reino Unido) llegaron a la conclusión que los felinos no necesitan tener a sus dueños cerca para sentirse cómodos en lugares desconocidos.
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Es por esta diferencia, que mientras los perros pueden mostrar ansiedad cuando vamos a trabajar por las mañanas, los gatos parecen no experimentar lo mismo. La relación que se establece entre los perros y sus dueños es de seguridad, muy semejante a la que puede tener un bebé con sus padres, en cambio en los gatos, una separación no causa el mismo efecto traumático.
1. Actitud hacia el agua. Mientras la mayoría de perros disfruta jugar en el agua, los gatos prefieren evitarla.
No obstante, Daniel Mills, uno de los autores del estudio, explicó que ese resultado no niega que los gatos también desarrollan preferencias sociales o relaciones estrechas con otros seres vivos, como sus dueños u otros de su especie. “Lo que sí muestra es que estas relaciones no parecen estar basadas en la necesidad de sentirse seguros y protegidos”, señaló.
Otra diferencia, que se debe a las costumbres heredadas de sus antepasados, es que los gatos son cazadores solitarios por naturaleza y están mucho más conectados con su entorno, de ahí que el cambio de residencia les afecta mucho. En tanto, los perros son animales de manada y pueden ser felices en cualquier lugar, siempre y cuando su manada este con ellos.
2. Cómo se comportan en un paseo. Es importante sacar a pasear a los perros para evitar que sufran de ansiedad o estrés, a los gatos hay que dejarlos tranquilos.
A continuación, te mostramos más diferencias entre estos dos animales, que para mucha gente son más que solo mascotas; son verdaderos amigos y miembros de la familia. Lo importante es quererlos tal y como son: por un lado, los perros con su personalidad divertida e incansable y por otro, los gatos independientes y ¿con ganas de dominar el mundo? Júzgalo tú mismo.
3. Cuando intentas trabajar en casa. Los gatos parecen estar más cómodos encima nuestras cabezas.
4. Jamás entenderemos la lógica de los gatos para elegir un lugar para dormir y su amor por las cajas.
5. La forma cómo se comportan en un auto. ¿Quién no ha visto el rostro de felicidad de un perro en la ventana de un auto?
6. Los gatos son más exquisitos a la hora de elegir sus alimentos, los perros solo quieren comer y seguir comiendo.
7. Cómo reciben a su dueño. Seamos sinceros, los gatos no extrañan a su humano.
8. Reaccionan diferente cuando los acarician. Los gatos están tranquilos unos minutos, luego, solo quieren atacar.
9. Si duermes con un gato, amanecerás con él sobre tu cabeza… si es que amaneces vivo.
10. Cómo se comportan cuando hacen algo mal. Sin embargo, nadie puede resistirse a la carita de tristeza que ponen los perros.
11. Cómo quieren que los carguen. Tanto los gatos como los perros deben ser cargados, aunque pesen el doble de nosotros.
12. La manera cómo tratan a su dueño. Pueden parecer más fríos, pero los gatos también quieren a su humano, mientras que los perros son más expresivos.
Teniendo en cuenta alguna de esas divertidas diferencias, ¿no te has preguntado qué dirían los gatos si pudieran hablar? En el siguiente enlace, te mostramos un serie de ilustraciones donde los pensamientos de los gatos se toman muy en serio.
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