Los negocios familiares en el Perú y su tiempo de vida
Muchos de los grandes y pequeños negocios en el Perú son producto de una idea familiar que se esperaba que prosperen para el beneficio de sus futuras generaciones por sobre todo. Pero el tiempo nos ha demostrado que esto es algo, hoy, un poco más difícil de llevar ya que para expandirse se necesita mucho más que las arcas familiares si sobrevivir y crecer es lo que uno desea.
Ante esto, Samuel Dyer Ampudia, presidente del directorio de la Asociación de Empresas Familiares (AEF), comentó que las buenas prácticas corporativas deben adoptarse a medida que la empresa familiar vaya creciendo para que siempre se cumplan con los requisitos básicos que toda empresa necesita para subsistir. En pocas palabras, nunca dejar de cumplir con sus obligaciones laborales como el pago de planilla, pago de derechos, etc. Dyer comenta: “Una cosa es tener una bodega, una ferretería, hasta un puesto de periódicos. Eso es un emprendedor. La idea (es) que estos emprendedores trabajen con buenas prácticas, sean ordenados, se formalicen y no mezclen el dinero del negocio con la familia”. De lo contrario, ahí es donde los problemas empiezan.
Por otro lado, para llevar las riendas del negocio familiar de manera justa y por la buena paz de todos, es básico que los emprendimientos familiares se profesionalicen; y que cuando los fundadores ya no estén al mando de la empresa, los sucesores reciban las reglas claras de cómo se deben manejar en un principio las cosas y los roles que a cada uno le compromete. “Hay que pensar en hacer una sucesión ordenada, para no entrar en las estadísticas fatales que el 50% a 60% de las empresas quiebran o cierran en la segunda generación y solo un 10% pasa a la tercera”, afirma Dyer.
Hoy en día los negocios familiares ya no son lo mismo de antes. La visión que se tenía como empresa familiar ha cambiado y son muchos los terceros que comienzan a tener gran participación en esto. “Frente a un mundo globalizado, es importante que la familia mantenga el patrimonio y siga siendo emprendedora”, agrega.
Pero también es importante que estos protocolos familiares puedan tener un grado de flexibilidad ya que puede que el negocio no sea eterno y se quiera mantener aun así el patrimonio como familia. Por ello no necesariamente deben estar en un mismo negocio. Si bien en un momento podrían haber estado en cierto rubro, esto no debe ser un impedimento para que se abran a otro rubro si es que deciden vender y comprar. El tema está en que el grupo tenga toda una estructura planeada de cómo llevar este negocio.
Si bien es importante que existan deberes y derechos dentro de una empresa, es necesario también entender que negocios son negocios, pero que también la familia es a familia. Tal como indicó Dionisio Romero Paoletti, el empresario más poderoso del Perú según la Encuesta del Poder 2013 publicada por la revista Perú Económico, a una revista local, él y su padre, Dioniosio Romero Seminario, nunca hablan de negocios sin antes preguntarse por sus respectivas familias. De eso se tratan las cosas.