Un bombero perdió su rostro en un incendio y, hoy, vuelve a sonreír
A lo largo de los años, la ciencia ha logrado muchos avances médicos, tecnológicos, etc., que han tenido una gran repercusión en varios aspectos de la vida humana. Desde intentar hallar curas para enfermedades hasta devolver la sonrisa a un hombre cuyas facciones se habían borrado casi en su totalidad.
Existen muchos testimonios de superación, como el de Patrick Hardison, quien gracias a la ciencia y a su propia tenacidad, confianza y perseverancia ha podido salir adelante. En 2001, Hardison tenía 28 años y era un bombero que cumplía con su deber, cuando durante un incendio, las llamas le quemaron prácticamente todo el rostro.
Este bombero estadounidense, de 42 años en la actualidad, perdió las orejas, la nariz, el pelo y los labios. Sus ojos eran apenas dos pequeños orificios irregulares. Pero, para intentar reconstruir su rostro, Hardison se sometió a 71 operaciones (7 por año), utilizando injertos de piel. Estuvo entrando y saliendo de operaciones y malos resultados por varios años, esto le ocasionó depresión y afectó su vida familiar.
Sin embargo, en agosto de 2014, un amigo de Patrick le habló sobre un médico llamado Eduardo Rodríguez, quien había realizado un exitoso trasplante de rostro en la Universidad de Maryland Medical Center, en 2012. Hardison no lo pensó dos veces y decidió someterse a una última operación.
Se inscribió a una lista de espera de donantes que era un requerimiento para iniciar el procedimiento. Finalmente, el equipo médico que realizó el trasplante usó la cara de David Rodebaugh, un mecánico de 26 años, quien tuvo muerte cerebral, y que decidió inscribirse en la lista de donantes antes de fallecer.
La operación resultó ser bastante compleja, ya que Hardison tenía un 50% de probabilidades de morir, pero todo concluyo con mucho éxito. Probablemente, una de las mayores satisfacciones de Patrick y del cuerpo médico que lo operó, sea el hecho de que a 12 meses de la operación, el cuerpo de Hardison ha ajustado para tener el tejido facial unida, y no ha rechazado el trasplante.
Este es David Rodebaugh y su rostro es el que ahora tiene Patrick
Un año después, finalmente, Patrick ha podido hacer una vida medianamente normal. Por ejemplo, hace no mucho volvió a nadar, algo que parecía imposible años atrás, y que el no había podido hacer hace ya más de 14 años. Y lo más importante de todo, es que Patrick ha vuelto a tener una vida social y familiar estable, además, no se siente solo ni con ganas de esconderse, como tantas veces supo hacerlo.