El antes y el después de una ciudad afectada por la guerra

Siria solía ser como cualquier otro país, cuando hacemos turismo en otro lugares podemos tener la suerte de conocer personas amables y amistosas que no dudan en brindarnos ayuda aún y si no hablan el mismo idioma, pero también se puede presentar el caso contrario de que solo con mirarnos nos dejan claro que no están disponibles para consultas.

 

La población de Siria, está caracterizada por ser personas abiertas y dispuestas a ayudar. La mayoría de negocios solían estar abiertos las 24 horas.  El turismo en Siria, como para todos los países, era una de sus fuentes de ingresos.

 

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Todo esto cambio a partir del 2011, año en el que se desató un conflicto entre el gobierno y los opositores del actual presidente Bashar Háfez al-Ásad. Guerra civil que al día de hoy no tiene fin.

 

Como consecuencias los hermosos paisajes, principales destinos turísticos y muchas zonas arqueológicas valiosas han sido destruidos a causa de los bombardeos. Aparte del desgarrador número de muertes que está cargando consigo.

 

Zoco de Alepo

 

Puente de Deir Ez-Zor

 

Ciudadela de Alepo

 

Mezquita de los Omeya

 

“En la crisis de Siria los hechos hablan por sí solos: cientos de miles de muertos y más de un millón de heridos. La expectativa de vida se ha reducido, escuchen, en 20 años. Aproximadamente la mitad de la población –unos 6,5 millones de personas- se ha desplazado forzosamente al interior del país”, dijo Stephen O’Brien (Coordinador humanitario de la ONU)

 

Una gran pena, ya que los niños de ahora no tienen ni idea de cómo era su país antes de la guerra. Muchos dejaron la escuela y su vida diaria transcurre entre bombardeos y disparos a fuego abierto.

 

Palmira

 

Khaled Ibn Walid Mezquita

 

Crac des Chevaliers

 

El es una pena ver como estos hermosos lugares que alguna vez estuvieron fueron hermosos ahora simples cimientos que no le hacen justicia a su historia. 

 

A continuación, en el siguiente link te mostramos una impactante campaña que nos muestra que las guerras nos convierten en monstruos.